sábado, 21 de febrero de 2009

Contra los altos fogones

El libro de Santi Santamaría, "La cocina al desnudo", provocó este verano una gran polémica. Las críticas del autor a Ferran Adrià como impulsor de la invasión de la química en la cocina y creador de una especie de cocina espectáculo irritaron al grueso de los gurús de la gastronomía. Se presenta una especie de binomio en el mundo de la cocina española: por un lado, los partidarios de una cocina con ingredientes frescos y naturales; por otro los innovadores y transgresores, que pretenden aplicar cualquier avance disponible en aras del progreso culinario.

Lo cierto es que Santamaría declaró que algunos añadidos en esta nueva rama de la Nouvelle Cuisine podían resultar "no deseables", en parte también porque no se informa de lo que se come (Video del cocinero en Telecinco). Este chef es defensor a ultranza de la cocina "pura", donde los platos parecen lo que son y sabemos lo que nos llevamos a la boca. Se distancia así de la alta cocina española abanderada por el intocable Ferran Adrià. Pero hay otros aspectos que también enervan a Santamaría. El circo mediático alrededor de la alta cocina promovido por los chefs de la sofisticación es, a su parecer, un gran error. No se puede cocinar pensando en la repercusión de la receta y sin tener en cuenta las convicciones que todo cocinero debe tener.

Desde el otro bando, Sergi Arola responde que la alta cocina no está pensada para satisfacer la necesidad básica de alimentarse. Es más, se atreve a definirla como una "fiesta para los cinco sentidos". Pero todavía va más lejos: critica a Santamaría por hacer Nouvelle Cuisine y seguir escondiéndose tras la cocina tradicional.

Si Santamaría acusa a estos de elitistas y luego cobra a millón sus platos en Can Fabes (su restaurante, con tres estrellas Michelin), resulta entonces que no tiene muy claro lo que es ser elitista. Y es que la alta cocina, Nouvelle Cuisine o como nos apetezca denominarla, es elitista por naturaleza. Hasta aquí todo correcto. Lo que pasa, sin embargo, es que esta cocina inaccesible para casi la totalidad de españoles, ha entrado de lleno en nuestra vida a través de los telediarios y los reportajes semanales en suplementos de periódicos. Frente al gran Karlos Arguiñano, que como dicen nuestras abuelas (las que realmente saben de este asunto) hace platos sanos y materializables en cualquier casa, estamos eligiendo el nitrógeno; recetas minimalistas que, probablemente, nunca llegaremos a probar. ¿Qué es lo que realmente nos interesa? Ni Santamaría ni Adrià: cocina real, posible, sana y sencilla. No entremos en esta disputa que no tiene ningún interés. Al fin y al cabo, ellos no cocinan para nosotros.

viernes, 20 de febrero de 2009

La cocina sin nitrógeno y el oportunismo

El hambre agudiza el ingenio. En estos tiempos que corren se me ocurren al menos dos ejemplos clarificadores de lo que significa esta frase aplicada a los medios de comunicación. El primero es Leopoldo Abadía, autor del best-seller "La crisis ninja y otros misterios de la economía actual", entrevistado en los grandes platós televisivos, con un canal en youtube, su propio diccionario... El segundo se hace llamar Falsarius Chef; y ya que esto va de cocina, hablaremos hoy de él.

Este tipo ha creado la "cocina impostora". Consiste en cocinar de forma rápida y barata platos que tienen un gran sabor y mejor aspecto. Con productos congelados y conservas se pueden crear absolutos manjares. Todo está en cocinaparaimpostores.blogspot.com. Falsarius Chef ha escrito un libro, propone una receta semanal en el programa de radio "A vivir que son dos días", ha sido entrevistado por Quintero, ha ido "Buenafuente", ha tenido entrevistas digitales en el elpais.com y elmundo.es, sale cada semana en la cadena Cuatro... Este "pícaro del Siglo XXI" ha llegado muy lejos. Pero, y que nadie proteste por esto, no lo ha conseguido por su cocina. Su éxito es cociente de muchos factores, pero para este señor la cocina sólo ha sido una forma de canalizar otra destreza, su mayor destreza: el oportunismo, el saber sacar de las circunstancias el mayor rendimiento posible.

jueves, 19 de febrero de 2009

De los riesgos y ventajas de la poderosa red social Tuenti (¿todavía no estás dentro?)

Hace poco leí en el Diario la Rioja que "el 20 por ciento del acoso escolar se traslada a Internet a través de las redes sociales". Parece ser, que protegidos por el anonimato, muchos jóvenes se dedican a reírse de sus compañeros a través de la red. Concretamente, mediante las redes sociales que, paradójicamente, pueden estar jugando un papel de destructoras del tejido social. Sustituyen las relaciones personales por el contacto vicario. No son un punto de encuentro entre personas, sino entre representaciones de personas. Autorretratos (técnicamente, perfiles) que se conocen y miden su grandeza o popularidad en visitas.

Prejuicios aparte, las redes sociales son un foco persistente de casos de violación de la intimidad de las personas. En este sentido, de nuevo en el Diario la Rioja, leí: "Dos colegios de Logroño descubren sendos casos de supuesta violación de la intimidad en Tuenti". Resulta que algunos "traviesos" decidieron sacarle fotos a un compañero, modificarlas hasta hacerlas ofensivas y subirlas a Tuenti acompañadas de comentarios hirientes. El poder de este tipo de páginas web es incalculable: las fotos de aquel chico se expandieron como llamas en un pajar.

Una nueva dimensión ha adquirido este problema con la tragedia de Marta del Castillo. Tuenti acusa a los medios de comunicación de difundir conversaciones y fotografías del gente del entorno de Marta, atentando así contra su intimidad. El fiscal del caso ha solicitado la eliminación de los perfiles de todos los menores implicados como medida de protección. En casos como este, la web social puede ser peligrosísima. La fascinación por el asesino pasa a ser aún peor: la fascinación por su escaparate (eso sí, accesible de forma sencilla y rápida desde cualquier parte del mundo).

No quiero decir con todo esto que las redes sociales sólo tengan aspectos negativos. Su objetivo, para lo que la gente las usa masivamente, es bien distinto: compartir información, fotos, audios, conocer gente que comparta tus aficiones, encontrar al amigo de un campamento... El peligro llega con la gente que, extasiada por el delirio de grandeza, colma su perfil de información valiosísima. Creo que incluso con más valor para delincuentes que para sus propios contactos. También conozco gente que dice haber visto el perfil de Zapatero y Rajoy; del Papa, de Obama y hasta de Bob Marley. Hemos perdido un poco el norte. Mejor vamos a jugar a las canicas.

martes, 17 de febrero de 2009

Internet y el periodismo en el año 2015

En este video titulado "Epic, ¿cómo será Internet hacia 2015?" y creado en el año 2004 se hace un pronóstico, hay que reconocerlo, bastante acertado (por lo menos hasta nuestro presente) sobre el futuro de Internet y, más concretamente, sobre la difusión de información y la propia creación. Esta tarea de elaboración de información es realizada, aún hoy, por periodistas profesionales. Sin embargo, lo que observamos en 2009 (y el video ya lo apuntaba) es una migración de esta tarea hasta los ciudadanos. El escepticismo y el recelo con el que profesionales de la comunicación miran al concepto de "periodismo ciudadano" puede ser una muestra de ello.

Son muchos los que se aventuran a pronosticar el fin de la profesión periodística tal cual hoy la conocemos. Lo cierto es que así será si recae en la gente de a pie la tarea de suministrar información. Tal cual se explica en las facultades de Ciencias de la Información lo que es el periodismo, podemos concluir rotundamente que así será. Porque este oficio, como lo entendemos ahora, no puede ser realizado por cualquiera. El "periodismo ciudadano" no debería nunca sustituir al periodismo profesional.

En otro orden de cosas, entrando de lleno en un debate abierto en el mundo de la comunicación actual, el video ya intuye la aparición de lo que algunos han bautizado como "modelo Push" de difusión de información. Internet es la herramienta perfecta para llevar a cabo este tipo de prácticas. El correo electrónico sirve ya como lista de reparto de contenidos personalizados. Las empresas ya cuentan con nuestros datos, saben por dónde navegamos, conocen nuestros gustos e intereses... Estamos, una vez más, ante un arma de doble filo. El envío personalizado puede ser positivo, pero puede llegar a suceder que el usuario pierda el control y sea la empresa, de forma paulatina, la que vaya moldeando sus gustos. Por otro lado, una información filtrada y manipulada sólo por computadoras puede padecer un mal terrible (aunque ya lo tenemos y parece no preocuparnos demasiado): la superficialidad. Narcotizar al usuario ofreciéndole una fórmula con la que él selecciona los contenidos que quiere recibir y se limita a esperarlos en su silla es el sueño de aquel al que no le interesa que las personas puedan escoger, en todo momento y con total libertad, la información que deseean. La implantación total de este modelo supondría el fin de la investigación, del movimiento o acción (esfuerzo) de la persona por obtener aquello que realmente le interesa.